Con la Nao Victoria en la tierra multifacética de La Cornouaille. (La Bretagne)

Desde la Bahía de Douarnenez…
FRANCIA Julio 2016

* A TODO EL REPORTAJE con imágenes espectaculares, paso a paso:
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Con la Nao Victoria en la tierra multifacética de La Cornouaille. La Bretagne francesa, en la región de Finistère, es la parte más occidental del continente Europeo, donde acababa el mundo para los bretones.

La Cornouaille es una demarcación histórica de Bretagne, llamada «Kerne» en bretón. Estamos situados en realidad al sur del fin del mundo francés, y la capital de la región es Quimper, que fue declarada recientemente Ciudad de Arte e Historia.

Abiertos al Océano Atlántico, recorremos sus zonas boscosas costeras y salimos a sus playas de arena fina donde podemos disfrutar de panorámicas llenas de surfistas en estas fechas. La Bahía de Douarnenez, el Point du Raz y la ciudad de Quimperlé marcan esta parte turística que limita con la de Morbihan.

Esto es todo un territorio marítimo que ha visto nacer grandes exploradores y descubridores -como Kerguelen-, grandes navegantes como Tabarly y Desjoyeaux. Aquí entre los marinos, son archi conocidas sus hazañas y aventuras, de las que a la sombra y acompañados de alguna cerveza, algunos entendidos habitantes nos han deleitado con historias de su historia.

Aparecen en esta ciudad marina diversas conserveras industriales que se instalaron hace más de 150 años para competir con los mercados nacionales e internacionales, algo que terminó de arrebatar el buen hacer y la tranquilidad económica de muchos pescadores locales independientes hasta entonces.

Faros, balizas luminosas y luces de puerto por todas partes a lo largo de estas costas, debido a los recortados rocosos que se desperdigan en toda esta línea.

Hay que ver un mapa más general para entusiasmarse cada día con nuestra posición en este rincón del continente europeo, en estas rutas y viajes, donde el mar cobra verdadero sentido y significado. Aquí la pasión por los barcos y la vela es muy acentuada.

Aquí el pescado -bien sûr- es el producto por excelencia, las ostras de Bélon, las andouille (tripas embuchadas) de Baye, y los mejillones al vapor en diversas salsas.

Pero los ahumados… son el objetivo fundamental de nuestra curiosidad entre los altos muros de este recinto portuario, donde la marea alta y baja, se distancian unos 7 metros aprox.

Todo está abarrotado de gentes bajo sus fachadas típicamente pesqueras, en estas fechas veraniegas que llenan los festivales navales que se van celebrando a lo largo de las costas.

Estos puertos pesqueros representan los primeros puntos de suministro del pescado fresco de Francia. Siempre es interesante el paseo por la Lonja y su mercado de productos frescos, en la zona más pintoresca de este puerto de Douarnenez.

Sidrerías, bodegas de vino, y restaurantes en cada rincón, donde las composiciones culinarias con pescado son de obligado entrante para disfrutar al mismo tiempo que de la fisonomía típica de las fachadas bretonas, que siguen conservando aquel aire de carácter francés de las películas antiguas de Francia con auténtica identidad.

Imposible no dejarse seducir por el verde que acompaña los cortados rocosos, que abrigan todo el cordón naútico de esta gran bahía. Senderos que no tienen punto final… caminos entre bosques del Cabo de La Pointe du Raz, frente a la Isla de Sein; uno de los lugares más fotografiados de Francia, donde rodean todos sus espacios naturales vigilados para su conservación ambiental.

Es el GR 34 o conocido como «sentier des douaniers», o sendero de los vigilantes de aduanas, que les facilitó y facilita aún en la actualidad el control por todo el litoral de La Cornouaille.

La bicicleta o el caballo son perfectos para estos recorridos frescos y entre olor a tierra mojada. A pie y en mochila al hombro, es el perfecto entrante para un día espectacular. Nunca dejarse el chubasquero.

La fisonomía portuaria de Douarnenez, que data de 1870. Nos ofrece todo un espectáculo de barcos, barcazas, veleros y chalupas de recreo de todos los colores y formas que embellecen las miradas desde el muelle a todo horizonte. Desde los cafés y desde sus terrazas a la fresca, el teatro del mundo aquí empieza a partir de la media mañana.

Callejuelas estrechas con casas de antiguos pescadores, que parten de la conocida puerta de la antigua lonja y que son el preámbulo de la parte más pintoresca de este cúmulo urbano mezclando el estilo pasado y presente, donde es esencial disfrutar al detalle por aceras y plazoletas engalanadas de flores multicolores.

La Place Gabriel Péri es el corazón de Douarnenez, que podemos reconocer por su estatua del «Bolomig». Pequeño hombre de inspiración egipcia que de 1861 a 1932 decoraba una clásica fuente pública. Aquí podemos encontrar las fachadas de antiguas casas burguesas y notables del s. XIX, aunque lo que podemos ver de la ciudad es relativamente reciente.

Nos cuentan los lugareños, en las tertulias preguntando en los bares, que las casas más antiguas fueron saqueadas y destruidas para construir la fortaleza del bandolero «La Fontenelle», que se parapetó en la Isla de Tristan, a finales del s. XVI. Desde allí perseguía a las poblaciones locales con auténtico salvajismo y descontrol.

Algunas casas conservan aún sus aberturas abovedadas, pasos a callejones que te hacen tomar la foto, característicos de aquella arquitectura pasada.

En el mercado y su fachada de «Les Halles», podemos encontrar los productos más frescos y cercanos, y datan sus cimientos de 1874.

La iglesia más llamativa es la Capelle de Sainte-Hélène, de la que llama la atención ya desde la lejanía la torrecilla cilindrica junto a la torre principal, que quedó terminada en 1755, y que sus primeros documentos pertenecen a los siglos XV y XVI.

Esculturas sobre su entrada principal que representan una barca de pescadores, un pájaro y un banco de peces, testigos de la actividad marítima de aquellos años, o de la probable financiación del conjunto de pescadores en la construcción de dicho templo.

Ambientes de pescadores de aquellas épocas, que invitan a pasearse por sus callejuelas abajo, hasta la Cale Rale, donde aparece un pequeño puerto en el río, que tiene su historia ya en el s. XVIII.

A finales del s. XIX la población aumenta con el frenesí de la labor portuaria-pesquera, por lo que podemos ver las casas apelotonadas buscando espacio a codazos para cobijar tanta actividad comercial, ya que se cuenta, que en cada una podían albergarse varias familias obreras a fin de estar cerca de las fábricas para ponerse a trabajar tan solo llegase el pescado de alta mar.

En la plaza de los pescadores «des pêcheurs», una placa rinde homenaje a Jean-Marie Le Bris (1817-1872), que fue el pionero de la aviación en Francia, -que según nos cuentan aquí- fue realmente el primer hombre en hacer volar una máquina más ligera que el aire, antes que los famosos hermanos Roait.

La Isla de Tristan que un huracán en 1987 la asoló por completo, ahora está hermosísima con vegetación exhuberante y grandes caseríos entre árboles. Paisaje histórico en la que se han encontrado restos de la época galorromana.

En el s.XII se llamaba Isla Saint-Tutuarn. Pero esta isla es famosa ante todo por Guy Eder de la Fontenelle, un bandolero sanguinario que transformó el espacio isleño para cobijarse y defenderse, fortificando todo el lugar a finales del s.XVI.

Desde aquí partía para saquear todas las ciudades vecinas. Le infringieron la muerte en la rueda, en el París de 1602.
La acogida de la Nao Victoria ha sido muy concurrida. Franceses de toda la geografía se acercan a La Bretagne unas semanas para descansar, disfrutar de estos espacios y para participar en este evento Temps Fête del Douarnenez 2016, que aquí se organiza cada 2 años. Días lluviosos y también soleados que no impiden las colas del público a los pies de la nave.

Todo el mundo participa; cordeleros, carpinteros, tejedores de velas, pintores, dibujantes, músicos de calle, animadores espontáneos vestidos de época que sobresalen sobre algún muro, piragüistas y surfistas que serpentean entre los cascos. Niños con sus atuendos de pirata, todos al puerto y rumbo a la mar.

Aquí los armadores usan los barcos y hacen las labores de mantenimiento continuamente, convirtiendo cada rincón, en un auténtico teatro activo de tareas de pintura y carpintería, todo un hervidero de cultura marinera rodeada de frondosa vegetación; risas, tertulias, cerveza y vino.

«En el mar no hay atajos y, salvo que ocurra algo excepcional, parece que todo se paralice. Siempre el mismo vaivén, siempre las mismas tareas, un día, una semana, mes tras mes, no hay nada que se pueda hacer para acelerar la marcha.

El hombre se siente insignificante y miserable frente a un mar inmenso que todo lo vence: el espíritu más duro, la voluntad más férrea o la mayor ilusión profunda desde la niñez. En el mar, a bordo, sobre las olas, arriando velas, adujando cabos, la prisa es inútil e indiferente, la monotonía el enemigo más cruel de todo aquel que se aventura.»

Leer, estudiar y aprender… es un buen antídoto para combatir todo esto.
Sigamos navegando… de puerto en puerto.

Fotografias:
José Miguel Canet

Textos:
Rocío Folch.

Rutas y Viajes, con Ibérica 2000.
De la mano del Consejo Mundial para La Naturaleza.
www.iberica2000.org

Acerca de Jose Miguel y Rocio

CREANDO RELACIONES DE COLABORACIÓN, EN EL MUNDO... Proyecto COMPROMISO MARINO - "Uniendo miradas hacia el mar y los océanos". NO SOMOS UNA EMPRESA, somos una organización sin ánimo de lucro que recibió el Galardón al Medio Ambiente en el año 2002, a su trayectoria educativa, investigadora y de difusión de la información medioambiental, durante 20 años. Una trayectoria apadrinada por el Centro de Investigaciones y Promoción de Iniciativas para Conocer y Proteger La Naturaleza y el Consejo Mundial para La Naturaleza (WCFN). Nuestra organización fleta un velero para conocer el estado de salud de sus costas, mares, pesca, especies y estado de la calidad de las aguas. Una oficina itinerante que viaja de Puerto en Puerto. En la actualidad se encuentra en el Mediterráneo. (Enero 2022) Al mismo tiempo realizando reportajes muy diversos, de lugares de interés, entrevistas a navegantes y a expertos en muchas materias como en la construcción de barcos, incluyendo el mundo de la gastronomía, cuna cultural de relaciones humanas para conocer los productos y especias que se combinan en cada tierra, aprendiendo de sus gentes, allá donde el viento nos lleve. ¡Una herramienta que puede ser útil para navegantes, supervivientes y viajeros!

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