EL CORMORÁN, en el Mar Menor.
Foto cedida por:
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El cormorán grande es un ave acuática de considerable tamaño con casi 1 metro de cuerpo y 1,5 metros de envergadura. Su plumaje es de color muy oscuro con blanco sólo en las mejillas y la barbilla. En la época de cría aparece una mancha blanca lateral. Los jóvenes tienen la mitad inferior del cuerpo blanca.
El cormorán moñudo es completamente negro, destacando las plumas levantadas del píleo que le dan su nombre vulgar.
Mientras que el CORMORÁN MOÑUDO se considera sedentario y escaso en el interior, el cormorán grande se da sólo en el interior. El CORMORÁN GRANDE no cría en Murcia. Sí lo hace el cormorán moñudo, de modo intermitente, en acantilados de isla Grosa, en muy bajo número.
Pero es muy numerosa la población imberbe de cormorán grande, que se establece durante los meses del otoño y del invierno tanto en el Mar Menor como en embalses del interior y tramos del río Segura, y en zonas del litoral mediterráneo.
El Cormorán Grande ha ocupado nichos ecológicos donde no aparecía, como las cabeceras de muchos ríos ibéricos donde nunca fue citado con anterioridad, o citado de una forma casual en algunos parajes y embalses en el curso alto. En Peralejos de las Truchas en el Alto Tajo de Guadalajara, Castilla La Mancha, ya lo observamos pescar trucha común en el río Tajo. 2013-2014.
Y cada vez es más presente en embalses de toda España. Ya no se limitan sus poblaciones a zonas costeras.
En Polonia en el verano de 2016, ya pudimos encontrar grandes, numerosas y alarmantes bandadas de Cormorán en las costas del Mar Báltico. Muy abundante en las Costas de Alemania, Francia, Holanda y en Plymouth, una ciudad del condado de Devon, en el suroeste de Inglaterra.
Los cormoranes son excelentes buceadores bien adaptados a la búsqueda rápida de peces bajo el agua. Sus cuerpos son pesados pero aerodinámicos y poseen un plumaje denso.
Cuando se zambullen, mantienen sus alas firmemente pegadas a los costados, impulsándose con sus poderosas patas y pies palmeados orientando su cuerpo a través del agua con la cola.
Algunos cormoranes son capaces de bucear a más de 90 metros bajo la superficie, no obstante cazan a la mayor parte de sus presas a profundidades menores.