LA FISONOMÍA DE LAS PLAYAS…
(La desaparición de las arenas)
El haber modificado las corrientes costeras marinas ampliando muros de puertos o escolleras artificiales verticales a la línea de playa, ha hecho que la acumulación o desaparición de las arenas en determinadas playas o calas sea continua, y donde las aguas del mar de forma natural antes depositaban sedimentos, ahora desaparecen; y por muchos camiones que se transporten cambiando esos sedimentos de lugar cada temporada, la erosión seguirá, pese al dinero público que se dilapide en obras y más obras.
En cada tormenta o temporal, arranca muros y levanta obras porque es dominio marítimo terrestre (línea del mar), y aunque tarde años, el mar recupera lo que es suyo.
Y esto no tiene nada que ver con el aumento de los niveles del mar que vaticinan los iluminados y los vendedores del cambio climático antropogénico, sino del diseño en las construcciones que consentimos se realicen. Lo que es del mar, con el tiempo… vuelve al mar.
Y lo que no lo es, es arrojado a las playas…
Con los ríos pasa idénticamente; si les vamos quitando y estrangulando los cauces con los años, construyendo o robando tierras de crecidas para cultivos, cuando suben los cauces con las crecidas….
En un año de lluvias intensas, el río toma de nuevo buscando su camino original por encima de todos y de todo.
Ahora ya sabemos de la mano de expertos hidrólogos y oceanólogos, que los ríos en todos los mares, aportaban nutrientes que atraen alimentación a la pesca y a las costas de forma natural, y en este caso a la pesca del Mediterráneo que entra del Atlántico.
Pero, además, la gran labor natural de los ríos es verter sedimentos en sus desembocaduras, que, arrastrados por las corrientes de las aguas costeras marinas, se convierten en arenas que finalmente se depositan a lo largo de las playas, conformando sus formas y densidad de materiales.
No se trata de no construir, y de no modernizarnos, no ampliando los puertos ni los espacios construibles, pero hay que hacer estudios leales y reales para poder visualizar los impactos ambientales y saber de verdad la realidad.
Y los estudios e informes de impactos ambientales realizados por las empresas que van a a ejecutar las obras son interesados, por lo tanto, absurdos e irreales si no los realiza un institución pública y neutral. Nunca se puede ser objetivo en ello, si hay intereses por medio para quien los realice; es más que obvio.
Pero no olvidemos que el gran problema de la desaparición de las praderas de posidonia oceánica es la mala calidad del agua que vierten los cauces contaminados de los ríos y las aguas turbias que provoca el vertido en los emisarios submarinos provenientes de las plantas de depuración de las aguas residuales urbanas en las ciudades costeras, que al final no se depuran como marcan las leyes, o tienen una grave deficiencia en depuración haciéndose la vista muy gorda por corrupción.
La pesca de arrastre y la elevación de la acidez de las aguas por estos vertidos, provoca la destrucción de los fondos y de estas praderas verdes submarinas, que ahora parece que se han puesto de moda y son un argumento más “verde” para alardear de sustentabilidad, cuando es una palabra demasiado vilipendiada y manipulada políticamente cuando la depuración de las aguas residuales urbanas es en realidad una utopía.
De momento el alarmismo sobre la oscilación de las temperaturas, grado arriba o grado abajo no han influido tanto a través de las décadas en la conservación de las praderas verdes submarinas del Mediterráneo, como la contaminación que aumenta con la superpoblación de las costas sobre todo en épocas de turismo masivo y del uso de productos químicos cada vez más agresivos con el medio ambiente. Detergentes hogareños, abrillantadores de lavavajillas, aceites y medicamentos en general a través de la orina humana.
Las grandes tormentas marinas si influyen y mucho en el estado de conservación de la vegetación submarina… por ello después de ser castigadas por el oleaje en lugares poco profundos con temporales, son arrancadas, transportadas por las corrientes y depositadas a lo largo de las costas y de sus playas.
Consejo Mundial para La Naturaleza (WCFN) & Ibérica 2000.
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